jueves, 22 de septiembre de 2016

DEMASIADA AUTOEXIGENCIA

Con el paso de los años siento que mi estado anímico se estabiliza. Soy sureña, sinónimo de olla a presión de emociones, pero con un ingrediente muy particular: alegría. Siento constantemente alegría de vivir. Alegría cuando abrazo, cuando como, cuando bebo... alegría. Soy positiva. A veces demasiado pienso yo. Pero lo que si he notado también con el paso de los años es el cansancio. Me
canso, y mucho. Cuando acaba el día solo quiero dormir y el cuerpo me dice basta. Incluso a mediodía me dice basta. Pero en eso soy muy poco inteligente. No lo escucho. Desde que soy madre menos. El nivel de exigencia que me impongo inconscientemente es altísimo. Y no consigo bajarlo.
Exigencia para ser una buena esposa, amante, enamorada, madre, trabajadora, tieta, hija..... 
Pero donde queda mi exigencia para cuidar mi interior y exterior? Aquí flaqueo. No tengo. 
De vez en cuando, como cuando niegas un juguete a un niño, me agarro una rabieta y dejo ir por mi boca que estoy harta, que todo el mundo me exige, pero que no soy un robot, que necesito descansar. Esta serie de improperios los suelto
mientras continuo haciendo la cena, o barriendo, o intentando enseñar piano a mi hijo, o haciendo deberes que no son míos, o ....
La teoría me la se muy bien. No necesito frases insulsas ni consejos. Me la se. Pero se me olvida. No consigo ser regular y aplicármela. Y ahí está mi gran fallo.

Si preparo cenas, me como la cabeza para que sean saludables, ricas, que incluyan alimentos sanos aunque no les gusten y así me deshago pensando como disfrazarlos aunque eso me hipoteque toda la tarde y deba posponer ese libro que estoy leyendo, o esa nueva partitura, o .....

El otro día ,llegando del hospital de ver a mi sobrino, con los dos niños, duchas, deberes, fiambreras por preparar... me decido a hacer sushi y maki para cenar. Porque es sano, les gusta y así los hago felices. Y claro, eso no se hace en 5 minutos. Yo corriendo, asistiendo cual profesora a mis hijos con deberes de 1º de ESO y 4º de primaria, coordinando turnos de duchas, preparando tuppers para el día siguiente, y mientras abanicando arroz....
Lo peor de todo es que en ese momento me pregunto qué hago, porqué pongo el listón tan alto....

Hoy me olvidé el ordenador en casa. Tuve que volver a buscarlo escopeteada . Y cuando llegué mi peque se estaba vistiendo (lo lleva su papi a cole) y me agarró fuerte de la emoción de verme en un horario "que no toca mami". Estuve a punto de devolverle el abrazo como siempre  (a eso nunca renuncio) pero de separarme al rato, y entonces una luz interna me dijo que si me retrasaba un poco para ir al trabajo no habría ninguna consecuencia (suerte de mi situación laboral, la verdad). Creo que nuestro abrazo duró más de 5 minutos, ahora te agarro por aquí, ahora por allá, ahora te vuelvo a agarrrar y te beso, te digo t'estimo.... Purita energía os lo aseguro. Después le ayudé a vestirse pausadamente, y nos fuimos al baño a hacerle su peinado favorito con gomina... ains que lindo!

Salí sintiendo que por una vez, sólo por una, la prioridad de mi día no fue cumplir y hacerlo todo estupendo, sino sentir intensamente sin pensar en el minuto siguiente...

Veis como la teoría la se? me falta creerme que está hecha para mi.

Feliz jueves.

3 comentarios:

Anónimo dijo...


Maria Granadero: Que bonito...bueno como la teoría la sabes ..pa' que ..pa' na jajjajaja tqm

Anónimo dijo...

Lina Crivillé Moltes ens sentim reflexades en les teves paraules (per si serveix de consol). M'ha agradat molt, guapetona!.

Anónimo dijo...

Mar Risco: Me ha encantado.😊 ánimo. Lo que no es hoy es mañana (aunque soy igual)

SE ACABÓ!

Quieres más? pues hala! busca entraditas a la derecha...